Combinación perfecta de motor y espacios verdes en Hannover
La ciudad de Hannover comparte con muchas otras ciudades de la antigua Alemania Occidental una estética de modernidad como consecuencia de la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial. Su conexión a través del río Leine con la ciudad hanseática de Bremen y el haber sido puerta de entrada a los valles de los ríos Rin, Ruhr y Sarre hicieron de ella un importante centro de servicios, nudo industrial y una de las más importantes ciudades feriales de Alemania.
Tras haber quedado en zona británica a partir de 1945 y como capital del estado federado de la Baja Sajonia desde 1946, la reconstrucción de la ciudad se basó en el concepto de Autogerechte Stadt. Según este planteamiento, la planificación urbanística estaba concebida en función de la circulación en vehículo privado, algo que llevó a la creación de grandes vías con varios carriles. Sin embargo, fue a partir de la década de los ‘70, cuando el proyecto de la Lister Meile compensó ciertas carencias en Hannover, habilitando un área peatonal que partía de la zona centro de la ciudad hacia el norte. Esta atractiva zona comercial, que cuenta con algo más de un kilómetro y medio de longitud, atraviesa uno de los barrios más bellos y agradables del centro de la ciudad: List.
Además, la ciudad trató de no caer del todo en un “exceso” de modernidad y, por petición de muchos de sus habitantes, se reconstruyeron edificios en el estilo original previo a la guerra. De ese modo, se recuperó la antigua residencia de verano de los Welfen en los imponentes Jardines Herrenhausen, muy próximos al campus de la Universidad Leibniz.
En el lado opuesto de la ciudad, junto a la estación central de Hannover, se encuentra la ciudad antigua, caracterizada por pequeñas calles y restos de la antigua entrada al centro histórico y delimitada por la orilla del río Leine. En ese mismo entorno, destacan la Iglesia del Mercado y el Antiguo Ayuntamiento, ejemplos arquitectónicos del estilo que se trató de recuperar durante la reconstrucción de posguerra.
Una de las ciudades más verdes de Alemania
Pero si existe un edificio que destaca sobre los demás es el Nuevo Ayuntamiento, finalizado a principios del s.XX y ubicado en el Maschpark, parque que marca el camino a la zona más verde de la ciudad. De hecho, Hannover se considera hoy una de las ciudades con más espacios verdes de todo el país. Cuenta con un bosque urbano -Eilenriede- y un jardín botánico de estilo inglés -Berggarten-, en el lado opuesto de los Herrenhausen. Asimismo, además del río Leine y diferentes estanques repartidos por la ciudad, el enorme lago Maschsee caracteriza el sureste de la ciudad. Este lago artificial, que mandó construir Adolf Hitler, es un habitual destino para excursiones, fiestas de verano y otras actividades.
La Autostadt a poco más de una hora
A sólo 90 kilómetros de Hannover, se encuentra Wolfsburgo, ciudad en la que se ubica la fábrica de Volkswagen y donde en el año 2000, se inauguró un inmenso complejo llamado Autostadt, “la ciudad del automóvil”. A medio camino entre un parque temático y un complejo de ocio y entretenimiento, este recinto se trata del centro de venta de vehículos más grande del mundo, ya que cuenta además con diferentes pabellones en función de las marcas del Grupo Volkswagen. Uno de sus principales lugares de interés es el ZeitHaus Museum, cuyas exposiciones hablan de los 125 años de historia del automóvil. Con unos dos millones de visitantes al año, la Autostadt es el lugar perfecto para los que buscan una combinación de arquitectura moderna, tecnología y mecánica.
Celia Martínez García | Guía en Alemania